martes, 15 de abril de 2008

La limpieza como medida preventiva

Una climatología adversa, una gripe inoportuna… existen numerosas razones que de un momento a otro pueden dejarnos con las ganas de disfrutar de una jornada de caza que esperábamos expectantes desde hace tiempo. Pero pocos de estos motivos llegan a desesperar tanto como el hecho de tener que suspender nuestra jornada… por tener sucia el arma.

La limpieza de nuestro rifle al finalizar una sesión de cacería es fundamental para garantizar la larga vida del instrumento más indispensable para un cazador. Por ello, esta semana analizamos como llevar a cabo este proceso de conservación y escogemos los productos adecuados para hacerlo.

Cada vez que disparamos quedan en el cañón de nuestra escopeta residuos de pólvora, que debemos limpiar siempre antes de que aparquemos el arma hasta nueva ocasión. De no hacerlo, la acumulación de suciedad provocará la paulatina pérdida de precisión del aparato y éste poco a poco comenzará a funcionar peor, hasta su inutilización en el peor de los casos.

Evitar este desastre está en nuestras manos. Basta con pasar un cepillo de bronce con disolvente, unas 20 veces por ánima (el hueco del cañón) y limpiar posteriormente el cepillo con Metanol.

Respecto al revestimiento de madera del arma, es importante lavarlo con un trapo húmedo al acabar la jornada, ya que el polvo y la tierra del terreno le llegan de lleno y una pequeña mota o grano de arena puede llegar a causar estragos. Apoyaremos la acción del paño con bastoncillos de oídos o palillos para lugares de complicado acceso. Si la superficie ha sufrido rasguños, normalmente con rociarla con una capa de cera incolora es suficiente, aunque si hablamos de daños mayores recurriremos a ceras especiales para madera.

Finalmente, debemos asegurarnos de que la funda en la que guardamos el rifle está completamente seca, pues algún resto de sudor o agua de lluvia podría llevar a la oxidación de nuestra arma.
Este simple y mecánico proceso es fundamental en la conservación de nuestra arma, pues no sólo nos servirá para que nos dure mucho tiempo, sino también para evitarnos sustos y contratiempos fácilmente eludibles.

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