martes, 1 de abril de 2008

En busca del cartucho biodegradable

A raíz de la polémica suscitada por la nueva Ley de Patrimonio Natural y la Biodiversidad, las empresas del sector armamentístico se han lanzado a investigar municiones más respetuosas con el medio ambiente. El cartucho biodegradable parece ser la mejor solución para un problema de contaminación que cada año acaba con la vida de 30.000 aves acuáticas.

Como ya les contamos hace unas semanas, más de 40.000 personas acudieron a la manifestación convocada por la Federación Española de Caza en protesta por la nueva Ley de Patrimonio Natural y la Biodiversidad. Entre otras cosas, la medida aprobada por la Ministra de Medio Ambiente, Cristina Narbona, prohíbe el uso de munición con plomo en humedales.

Según estudios realizados por el Instituto de Recursos Cinegéticos del CSIC (Consejo Superior de Investigaciones Científicas), cada año se esparcen entre 3.000 y 5.000 toneladas de plomo. Los pájaros confunden los perdigones de los cartuchos con los guijarros que utilizan para moler el alimento y los ingieren. De esta forma, se calcula que unas 30.000 aves acuáticas pierden la vida.

Ante la gravedad de estos datos, los colectivos de cazadores han querido recordar su incapacidad para solventar el problema, dada la ausencia en el mercado de munición respetuosa con el medio ambiente: “Nosotros tenemos las manos atadas. Nos preocupamos por el medio ambiente tanto como cualquier otra persona pero no tenemos la culpa de que no haya cartuchos que no contaminen. Si existieran, aunque fuesen más caros, los compraríamos todos los cazadores, porque somos los primeros interesados en cuidar el campo”, afirma Juan Carlos Gutiérrez Berges, presidente del Coto de Caza de Villanueva de Cameros (La Rioja). En su opinión, los verdaderos culpables son los fabricantes de munición, a los que solicita que ofrezcan cartuchos biodegradables.

En realidad, su petición no es nueva; desde hace años, la mayoría de los grupos relacionados con la actividad cinegética se ha mostrado favorable al uso de ese tipo de munición. En ese sentido, incluso el propio Rey Juan Carlos, gran aficionado a la caza, ha demandado a la industria armamentística que avance en la búsqueda de productos más limpios, según informa El País.

De esta forma, con la patata caliente en sus manos, las empresas del sector balístico se han lanzado a investigar la creación de cartuchos biodegradables. Por el momento, la compañía Dynamit Nobel GMBH Explosivstoff es la que más ha avanzado en sus estudios. La firma alemana obtuvo en el 2004 una concesión europea por la cual posee la patente para la fabricación de cartuchos con elementos intermedios biodegradables.

Este invento supondría un paso muy importante para aquellos que persiguen casquillos totalmente respetuosos con el medio ambiente. De lograrse, sería una gran noticia para los defensores de la naturaleza pero también para los cazadores, que no paran de reivindicar su labor y contribución en la conservación ordenada del medio ambiente

1 comentarios:

Anónimo dijo...

Estoy de acuerdo en que se fabriquen cartuchos biodegradables y creo que cuando estén en el mercado los compraremos la mayoría de los cazadores. Pero también me gustaría hacer otra queja a los fabricantes por el color que utilizan en los cartuchos. La mayoría de las marcas tiene cartuchos verdes, muy difíciles de distinguir entre la vegetación después de disparar. Esto supone un problema para aquellos cazadores que como yo recogemos las vainas del suelo para no contaminar el medio ambiente (a pesar de todo lo que nos critican, los cazadores somos los más preocupados por la ecología). Por eso, pediría a los fabricantes que utilicen colores más llamativos y fáciles de distinguir como el naranja.