martes, 8 de abril de 2008

El nunca lo haría

La pasada semana nos estremecía, una vez más, un suceso tan inhumano como lamentablemente habitual. La asociación El Refugio encontraba en la localidad de Argamasilla de Calatrava (Ciudad Real) un podenco de un año y medio de edad, en demacrado estado de salud y con un profundo corte alrededor de su cuello. Son señales inequívocas de un caso de abandono y maltrato de un perro de caza por parte de su dueño.
“Minero”, que es como ha sido bautizado este amarronado can, fue trasladado a Madrid, donde se le curaron todas sus heridas físicas y donde poco a poco se repone psicológicamente del hecho de verse tan cerca de la muerte. Sus veterinarios intentan ahora que recupere la confianza en sí mismo, un proceso lento pues al principio no se atrevía ni a andar.





Desgraciadamente, no a todos los perros les da la vida una segunda oportunidad, como es el caso de “Minero”. El acertadamente denominado “mejor amigo del cazador” se caracteriza por su obediencia y lealtad extrema a su dueño, una reciprocidad que en vergonzosos casos brilla por su ausencia.

Centenares de ejemplares son abandonados cada año cuando sus desalmados propietarios consideran que ya no les son de utilidad. Ahorcados, desalimentados o participando en peleas ilegales suelen acabar estos perros. Además, al no tener implantados en sus cuerpos el obligatorio chip de identificación resulta casi imposible depurar responsabilidades.

Obviamente, la crueldad y la irresponsabilidad son los dos móviles principales que llevan a estos criminales a cometer tales atrocidades, aunque no son los únicos. El desconocimiento del tipo de perro necesario para cada misión y el hecho de elegir cachorros por su aspecto estético y no por su futura utilidad provocan la posterior desesperación de esos inexpertos cazadores que, carentes de todo sentido común, ven en el abandono y en el maltrato la solución a sus problemas.Por tanto, no sólo abogamos por el endurecimiento de las penas en estos casos, sino también por la educación y la concienciación general de que nuestros animales merecen un retiro digno y con todos los honores tras darnos lo mejor de ellos. Porque el nunca lo haría.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Dios mío, ¿quién puede hacer algo así?

Anónimo dijo...

Madre mía! ¿En qué mundo vivimos? No entiendo como pueden suceder cosas como estas.
Me alegra saber que hay personas que denuncian estas situaciones pero, eso sí, podríais habernos ahorrado la foto