martes, 6 de mayo de 2008

Freno a la superpoblación de conejos

La máxima de que el mundo está mal repartido también se cumple en determinados ámbitos de la actividad cinegética. Mientras que en algunas zonas de España los conejos prácticamente han desaparecido, hay algunas comunidades autónomas que sufren una plaga de esta especie. En Cataluña y Navarra, donde los daños ocasionados por los conejos se contabilizan en millones de euros, ya se han tomado medidas.

“Nunca había visto algo igual”, nos cuenta vía telefónica Fermín Salazar Montes, uno de los muchos agricultores navarros que viven “desesperados” por la plaga de conejos que azota a la comunidad foral. El año pasado la cosecha de este hortelano fue nula y según dice, “este año va por el mismo camino”. Pero su caso no es único; sólo en Corella, donde vive, los daños totales ocasionados por los conejos ascienden a 466.400 euros. Estos roedores atacan cultivos de olivo, frutales, hortalizas y viñas, pero sobre todo, se ceban con el cereal.


Junto a las estrategias que los agricultores puedan seguir a nivel particular, la Consejería de Desarrollo Rural y Medio Ambiente de Navarra ya ha tomado medidas para tratar de controlar la superpoblación de conejos. Así, se han ampliado las fechas de caza en algunos municipios. Según declaró a EFE la consejera Begoña Sanzberro, la decisión está logrando resultados “razonablemente buenos” en localidades como Obanos, Mendigorría, Larraga, Villatuerta y Cirauqui. Sus cotos de caza, que como titulares de las zonas cinegéticas son responsables de los daños en los cultivos, tienen vía libre por parte de la Administración Foral para erradicar la plaga de conejos. En Cirauqui, concretamente, además de las cacerías organizadas por los vecinos, se ha abierto las puertas a cazadores de otras comunidades autónomas. Solamente desde La Rioja han acudido más de cien personas. Entre ellos, Damián Palacios Fernández y su hermano Miguel Ángel, que cazaron en Cirauqui hace un par de semanas. “Lo pasamos en grande”, dice el primero; y prosigue: “fuimos un domingo un grupo de diez amigos y en una sola mañana matamos 76 conejos, muchos más de los que hemos matado en nuestro pueblo en todo el año”. Nos cuenta que ellos practicaron la caza con hurón. Este mamífero domesticado se introduce por los cabos de los conejos, que se ven obligados a abandonar su guarida ante los mordiscos de sus perseguidores. Cuando salen al exterior, los cazadores esperan con sus escopetas para matarlos de un disparo. Se trata de una modalidad de caza mucho más efectiva que otras que también se han utilizado, como la caza con arco.



Miguel Ángel, que fue el que más piezas cobró del grupo, está dispuesto a repetir: “sólo se pagan 30 euros por persona, que van destinados a pagar los daños que han hecho los conejos en los cultivos”. Además del bajo precio destaca las facilidades administrativas: “te dan un permiso especial de caza para un día; no tienes que pagar la Licencia de Caza de Navarra para todo el año, como ocurre si quieres ir a una batida de jabalí”.
Si bien parece que las medidas comienzan a dar sus frutos en Navarra, no sucede lo mismo en otras comunidades como Cataluña, que ya no sabe como frenar la superpoblación de conejos en el Alt Camp de Tarragona. Ante los estragos producidos por los roedores, la Generalitat, el Consejo Comarcal del Alt Camp, sindicatos, cooperativas agrícolas y la Sociedad de Cazadores se ha visto obligados a crear una comisión de seguimiento. Según EFE, en la primera reunión que mantuvieron “se decidieron los puntos exactos sobre el terreno donde realizar quemas controladas y determinar las madrigueras que se tienen que atacar”. Además, se ha previsto que los agentes rurales actúen en los cotos de caza para completar la labor de los cazadores y se ha pedido a los responsables de las carreteras catalanas que amplíen la limpieza de arcenes. Con ello, se quiere evitar que los conejos hagan madrigueras junto a autopistas o puentes. En esas zonas esta prohibida la caza y los conejos podrían criar a sus anchas, algo de lo que se quejan en Zamora.

Por último, los servicios territoriales de agricultura de la Generalitat sopesan la posibilidad de solicitar ayudas a las que se puedan acoger los agricultores con daños en sus cosechas. Pretenden, también, que el Ministerio de Medio Ambiente, Medio Rural y Marino les reduzca el IRPF y las cotizaciones a la Seguridad Social.

A la espera de resultados, la situación que padecen Navarra y Cataluña ha hecho saltar la alarma en Aragón, que prefiere curarse en salud y ya ha puesto en marcha un plan de control para evitar la posibilidad de futuras plagas de conejos.

Casos como este ponen de manifiesto, una vez más, la necesidad de la caza para lograr un ordenamiento satisfactorio que permita la buena convivencia entre el ser humano y el entorno natural.

1 comentarios:

Anónimo dijo...

Ya podían venirse unos cuantos conejos a mi pueblo. Aquí, les afectó mucho la mixomatosis y desde entonces hay muy pocos. Como decís vosotros la caza también está mal repartida.
Ignacio desde Islallana (La Rioja)